"Con excepción del consumo de radio y televisión abierta -que es bastante transversal-, los resultados dan cuenta de una “dieta medial” altamente diferenciada entre los individuos en situación de pobreza y el resto de la población. Esta diferencia se ve especialmente reflejada en el consumo de diarios impresos, la televisión de pago y de medios digitales. Finalmente, se observa un patrón de uso de redes sociales muy distinto en los sectores en situación de pobreza, especialmente en el caso de Twitter. Este grupo de la población no sólo tiene un nivel de acceso más bajo a estas tecnologías, sino que también las ocupa de manera distinta al resto. Por ejemplo, los comentarios respecto a temas políticos o de interés públicos son escasos, predominando un uso más privado o familiar. Además, las redes de contactos de las personas en situación de pobreza son mucho menos extensas y es probable que suelan estar compuestas por muchos familiares y conocidos, lo que reduce el potencial de las redes para acceder a nuevas ideas y espacios de conversación." (Página 5)