"La existencia de un gran número de influencers digitales católicos indica que existe un público amplio y diverso interesado en practicar su fe en los ambientes digitales. La influencia digital ya se ha convertido en una tendencia irreversible en el ámbito católico, con la exaltación de algunas figuras públicas y la aceptación de estrategias de influencia que, sin embargo, muchas veces no siguen las buenas prácticas de la Iglesia. Sin embargo, muchos de esos perfiles digitales siguen la lógica de los medios digitales, privilegiando nichos de audiencias y el consumo individualizado. Eso lleva a una acumulación de discursos y estilos católicos en red que muchas veces no se complementan e incluso pueden contradecirse. Al monetizar sus imágenes, muchos influencers digitales católicos también compiten entre sí en busca de afirmarse en el mercado de la comunicación digital, corriendo el riesgo de comprometer el discurso social católico. Para destacarse en esa “disputa”, la producción de contenidos por parte de los influencers católicos muchas veces se centra en la construcción de estereotipos, basados en premisas moralistas, fundamentalistas, dogmáticas, psicológicas y doctrinales, con discursos excluyentes de las personas “catolicamente diversas” y posicionamientos destructivamente críticos en relación a las autoridades institucionales de la Iglesia, particularmente el pontífice actual (Medeiros, et al., 2024)." (Conclusiones en abierto, páginas 18-19)